30 de enero de 2011

Y mientras haya poesía, habrá libertad


Béquer said:


Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!


Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes  de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo respira,
mientras la humanidad siempre avanzando 
no sepa a dónde camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!


Mientras sse sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!


Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran.
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira.
mientras sentirse pudan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa...
¡Habrá poesía!


Y Manu y Cris lo reafirman.

23 de enero de 2011

Historia de un Rizoso


["Que les den". Ya había encontrado la solución a todo.


Se me quedó mirando seriamente.


Aún estaba atardeciendo, aunque se podía empezar a notar la oscuridad. La brisa de verano soplaba ligéramente. Las brisas de verano siempre significaron buen humor. Eran suaves, cálidas, y te da esa sensación de respirar profundamente y disfrutar, olvidándome de todo y sonreír como un imbécil. Qué asco que no me apeteciera hacer nada de eso en este momento.


Él, que dejó de mirarme, se tumbó suavemente bajo un árbol cercano, y cerró los ojos. Me pregunté si ahora se limitaría a ignorarme. Es normal, teniendo en cuenta mi humor. Nadie en su sano juicio tendría ganas de soportar las quejas e ideas un chaval como yo. 
Qué asco; la gente nunca te toma en serio a menos que vayas con un traje, corbata, la cartera llena y estés lleno de asuntos importantes que atender. Esas eran las personas importantes, a las que siempre se les hará caso. "Viva por la sociedad", pensé.


Para mi sorpresa, abrió los ojos y me miró extrañado 
-¿Y tú disfrutas así de la vida? Vaya raro que eres. -dijo.
Le ignoré. Apenas hablo con él, no se qué narices hacía allí plantado mientras el cielo oscurecía.
-Bueno, prefiero que me digas cómo te va y cómo te ha tratado la vida antes de ignorarme.


¿Cómo me iba? ¿Cómo me trató la vida? Aquí debo aclararos unas cosas.


Todo se remonta a mi infancia. Llevo siendo un vendido a la sociedad desde que era un crío. Obviamente, siendo un niño no sabes lo que haces, no tienes consciencia. Lo malo es que si tomas costumbres. Reza para no tener una infancia en la que estés demasiado mimado, luego serás realmente odiado. Lo digo en serio. Yo siempre fui un niño consentido, tenía TODO lo que quisiera, y basaba mi vida en cosas materiales. En el colegio, te marginan en dos casos: O eres feo y se te escapan los mocos, o tienes una personalidad horrible. Vale, mi caso fue el segundo, para mi fortuna, me di cuenta en quinto de primaria.

Me di cuenta que podía tenerlo todo, pero al mismo tiempo, nada. Inverosímil, pero ahí fue cuando descubrí que el más feliz no lo consigue todo a base de bienes materiales.
Cambié mi forma de pensar, aunque seguía sin ser del todo correcta (y sigue sin serlo, está claro que me queda muchísimo por ver).


Pensaba que las personas importantes eran realmente las que tenían que triunfar. Pensaba que si conseguía una chica cualquiera, amigos cualquiera y un trabajo que consistiese en llevar traje y estar ocupadísimo al teléfono, sería suficiente para ser feliz.
No era muy agraciado, pero en sexto de primaria ya estaba intentando gustar a los demás. Era mucho más amable y todo eso, pero lo hacía pensando en obtener algo a cambio. Solo conseguí aprender que resulta absurdo pensar como las personas importantes tan pronto, que seguramente, más tarde me llegaría el momento.


Llegamos al instituto. Este horrible lugar lleno de hipocresía y que cambia a la gente.
Mi primer año fue muy confuso. Trataba ser algo, y no sabía muy bien el qué. Bien amigos, hemos llegado a la adolescencia. Es un cambio bastante complejo, y muy muy muy molesto, pero también fantástico. Es la etapa en la que empiezas a tener trastornos bipolares.


Bien, como decía, mi primer año fue realmente confuso. Todo era nuevo para mí: el ambiente, personas, estudios, sensaciones... Y de estas sensaciones, la sensación de que eres el hazme-reír de todos. De nuevo marginado, pero al menos, había gente sensata que estaba ahí para apoyarte. Aunque sinceramente, tenían sus razones para reírse: la moda. Bueno, imagináos las formas de vestir del típico pardillo de las series americanas, sumadlas a ropas extremadamente pijas, a un peinado hecho por tu madre y unos pantalones subidos hasta las costillas, y así obtendréis lo que era antes. 


Vale que mis pintas fueran absurdas, pero al fin y al cabo, soy una persona.
Luego me dio por darme un repaso. Nunca me había fijado en mi forma de vestir. No cambié por los demás, cambié porque consideraba que esas ropas no se ajustaban a mí. 


Ahora soy más de vaqueros rotos, camiseta negra y cualquier calzado urbano, junto con unos pelos rizosos, enmarañados y mal peinados. Hay personas a las que no les acaba de gustar mi estilo, pero me dan igual. Que les den. 


En un verano viví todas las experiencias que pueda haber vivido. Amores, nuevas amistades, nuevas formas de pensar... y resumiré otro año como "La época gilipollas". Todos tenemos una. Pues bien, la mía fue esa. Solo buscaba llamar la atención, ser el guay, el popular, destacar. Y cómo no, tener amigos guays, y los sentimientos de los demás son lo de menos. El importante era yo, y sólo yo. Lamento esa época, dejé escapar a personas realmente buenas en mi vida. Me sigo odiando por ello.


Ahora, un par de años más tarde, tuve también problemas con destacar entre los que beben o salen. Eso sí que fue ridículo.


Finalmente, resumiré mi estado.
Dado todos esos cambios, pienso que es mejor dar, que regalar. Tener estilo propio es genial, pero siempre que te guste a ti, no por definirte como "guay". Sonreír siempre mereció la pena. Nunca eres demasiado pequeño, pero no lo suficientemente mayor. Siempre habrá alguien.


Y como no, siempre habrá personas que decidan fastidiarte tu nube de felicidad y pequeños placeres.
Bien, una vez aclarado...


Así estaba yo. Mi nube había sido abatida. La querida sociedad había decidido llevarse a mis amigos. Ahora son demasiado importantes como para estar conmigo. Creo que van a ir a probar más drogas. No diré nada de las drogas como el alcohol y el tabaco, no estoy para hablar, pero me parecen absurdas. Son cosas que están a la venta y te hacen daño. ¿Para qué narices están a la venta? Acaban por tentarte y probarlas, y por mucho que te arrepientas, lo hiciste. Para mi fortuna, odio el tabaco.


El caso es que las traiciones nunca te las esperas de un amigo.
Que les den, sinceramente.
Las personas que sepan divertirse sin necesidad de drogas son las personas que más te van a alegrar. Es mucho mejor que un "Na, tu tómate esto y verás como te olvidas de todo" mientras te pasan un cubata o un cigarro. Es tan absurdo...


-Nada, todo igual.
-Piensa de qué te quejas y luego me lo dices.
Iba a quejarme, pero me callé. Quejándote de primeras no llegas a ninguna parte, lo digo por experiencia. Lo mejor es pararse a pensar, y si quieres, luego te quejas. Pensé. Nunca viene mal pensar.


Mis amigos son imbéciles. No había duda. Así que dejemos de denominarles "amigos". Los verdaderos amigos eran los que sabían sacarme una sonrisa, los que les podías leer en la frente "Más te vale sonreírme a mí". Me hizo gracia mi manera de pensar. Era una tontería, pero me hizo gracia. Al fin y al cabo, las tonterías mas absurdas e infantiles, son las que más gracia te hacen. Es lo que te gusta, saber que no pierdes infancia en el fondo. Sé que tengo esos amigos. No los cambio por nada, que tontería.]


Dos Rizosos
Manu & Cris

16 de enero de 2011

Best Friends For(n)ever (ya sabéis que hay confianza para escupirle encima a la entrada si veis que tal...)


Amigos, no nos inventamos gente, el chaval era Enol, que está aquí con nosotros.

Y sí, volvió Cris! 
Empecemos:

Gregory House, ese cojonudo personaje encarnado por Hugh Laurie, nos dejó entre otras muchas cosas una frase que nos viene de perlas para lo que queremos dar el coñazo esta semana. “La gente no cambia”.

Las personas se crean y se destruyen… pero en contra de esta frasecilla, sí, la gente puede cambiar y mucho.
Y es que el majete de Casa se refería a gente que ha pasado los cuarenta, y ese no es precisamente nuestro caso.

Los grupos de amigos se modelan y cambian según se crece o más bien se decrece con esta putada que llamamos adolescencia. De repente la gente comienza a considerarse demasiado guay para hacer cosas de críos mientras que los otros siguen a lo suyo y son felices.
Y luego ellos también cambian a su manera pero ya es demasiado tarde, porque la gente ya se ha separado y todo es demasiado diferente. La confianza se desploma y de pronto puedes mirar a alguien que te lo contaba todo como si fuera un extraño que si te saluda por la calle será porque ha tenido un muy muy buen día y se dedica a repartir sonrisas entre los desconocidos.

A veces es absurdo pensar que en realidad siempre habían sido así solo que nunca lo mostraron del mismo modo. Quizás simplemente hay que ir con los ojos bien abiertos (quien nos oiga decir esto, con los ojos de fumados que tenemos nosotros permanentemente…) o aceptar que la gente tiene la manía de dejarse llevar por la imperiosa necesidad de aferrarse a un modelo de imbecilidad que se somete como dictadura a todo adolescente hasta que quizás maduren… o quién sabe, igual siguen así eternamente.

Si cambian un par de veces, malo será que donde caben dos personalidades distintas no quepan tres.

Solo nos queda esperar y tener fe en esos pocos que mantienen un poco la cordura en el mundo de locos en el que vivimos. Al fin y al cabo… quién no se pone un poco mal de la cabeza cuando le da por pensar en estas cosas?

Mantenerse siendo tal y como es uno mismo es duro cuando te están machacando con cómo-tienen-que-ser-las-cosas continuamente desde diferentes lugares… pero merecerá la pena cuando analicemos nuestros años de juventud y no tengamos que echarle la culpa a cómo era la sociedad para justificar la mitad de las estupideces que hagamos.

Vivir tu vida significa ni más ni menos que eso, vivir TU vida. Ni la de los demás ni la que se supone que la gente aprobará. Y si haces unas cuantas chorradas, si la cagas unas cuantas veces, será genial porque lo habrás hecho tú mismo, marcando tu propio camino y dejando tus propias marcas sobre ti mismo y sobre tu historia (darse tantas leches en la vida que te queden cicatrices).

De poco servirá rodearte de falsos para que te acaben dejando tirado.
Sé tú mismo y disfruta la vida a tu manera y con tu gente de verdad, que solo se tiene una vida y habrá que procurar aprovecharla!
Live, love and laugh!
Manu & Cris
I've never opened myself this way. Life is ours, we live it our way. All this words I don't just say, and Nothing Else Matters.

[Cuando mueres, te joden realmente. Se burlan de ti. Espero que al ir al infierno, y muera, alguien con sentido común me lance a un río o algo. Cualquier cosa menos enterrarme en un maldito cementerio. Gente viniendo y dejándome flores en el estómago los Domingos, y toda eso... ¿Quién coño quiere flores cuando está muerto? Nadie. -Holden Caulfield]

9 de enero de 2011

Inspiración ajena.

Hola otro domingo más!
Si bueno, Cris dejó los estudios para última hora, se quedó en casa. Yo estoy haciendo latín mientras tengo aquí a un chaval inspirado que va a escribir algo.
Pero antes!
Considerad todas las cosas buenas que os da la vida y nunca os quedéis con las malas; si no hay más remedio, pues a reirse: 
Si la vida te da limones, pide tequila y sal.
Si el día es amargo, échale azúcar y disfruta del café (y si es domingo, más que mejor).
Si llueve cuando cantas, grita algo hardcore.
Y si todos te dicen que eres el tonto diferente, disfruta de tu Shandy mientras todos están pidiendo Trina.


Osease, pilla una tarde que estés sin ganas de ná, y saca las ganas pensando en el "hoy va a ser brutal" y no en el "mañana habrá que..."

Ya sabéis, si la vida son dos días, solo hay una noche, así que... ¡Vámonos de fiesta!
Y si algo te cohibe, siempre te quedará la música. 


Y bueno, aquí tenéis al chaval inspirado;


Para mi hay un sentimiento mítica que es el más complicado, incomprensible y magnifico de todos. Hay muchos tipos de él, pero el verdadero, es aquel que solo puedes sentir con muy pocas personas a lo largo de tu vida, ese que aparece sin avisar y que te cambia por completo (no, no son drogas).

Seguro que a alguno de vosotros ya os ha pasado. Un día en el que creías que todo sería normal, pero de repente conoces a una persona, con la que te empiezas a llevar bien y a divertirte con ella, e intentas quedar con ella a menudo y entonces un día al despedirte (posiblemente por mucho tiempo), sientes algo raro en el pecho, una sensacion muy extraña y que nunca habias notado:
El fantástico amor de los cojones!
(Aclaración) Ya tardábamos en hablar de esto...

Es algo pasajero, claro, pero es pasajero de los que se quedan contigo un tiempo indefinido, y como el sentimiento este te coja manía cariño, pues a sufrirlo disfrutarlo.
No se lo voy a desear a nadie, menuda mierda, pero dios mío, como lo deseo. 
Está mucho mejor eso de estar a tu bola, a tu aire, con pequeñas idioteces con las que pasarlo bien (apuestas sin sentido, conversaciones chorras, sin compromisos, y reírte tomándote una coca-cola [Manu aclara una Shandy] con los demás. 
Pero con lo otro que se siente, cada vez es mas chungo disfrutar.
Esto ya lo hablaron los otros dos, pero bueno, está bien decirlo de vez en cuando.

Bien, pues el chaval ya habló.

Recuerdos a todos, sé que este blog cada vez es más aburrido de visitar, como mucho, si no os apetece mirar las entradas, jugad con los peces que hay abajo de la página.
Cuidaos


Manu (con su respectivo trabajo de latín) & El otro que no quiere decir su nombre (que para los 4 gatos que nos visitan, no sé que más le da).


[Pero que magníficas son esas amistades con las que no te cuesta nada expresarte y decir lo primero que se te pasa por la cabeza sin miedo a quedar como un mismísimo imbécil. Son geniales.
Mis amigos-conocidos son imbéciles. No había duda. Así que dejemos de denominarles "amigos" y dejémosles en "conocidos". Los verdaderos amigos eran los que sabían sacarme una sonrisa, los que les podías leer en la frente "Más te vale sonreirme a mí". Me hizo gracia mi manera de pensar. Era una tontería, pero me hizo gracia. Al fin y al cabo, las tonterías mas absurdas e infantiles, son las que más gracia te hacen. Y sólo unas personas tienen la capacidad de decir esas cosas infantiles sin miedo: Tus amigos]

2 de enero de 2011

Querida añoranza, te odio, no te vayas...

Cris llegó tarde, de nuevo estoy solo...
Es tarde, aún así, siempre hay tiempo para un café de última hora por la noche (sí, hoy insomnio... pero son vacaciones, que demonios)
Y en ésto llevo pensando semanas, justo antes de acostarme:
Esas cosas que te han costado tanto olvidar y de repente te acuerdas!
Recuerdos.





Dejar atrás el pasado debe ser lo más duro que vayas a hacer en la vida.
Sentir esa añoranza y melancolía, deseos de volver al pasado, de que no has aprovechado el momento. Ese horrible sentimiento que te hace un nudo en la garganta, te desesperas en tu interior, tienes la necesidad de gritar, y como no, el irremediable deseo de no querer olvidar esos momentos que en su momento, fueron fantásticos.


Te duele al acordarte, pero no quieres olvidarlos... sería lo último que querrías.
Lamentablemente, no existe medicina para ello, puede durar desde minutos hasta tiempos indefinidos, y cuando crees que ya lo has olvidado, cuando ya no piensas en ello... cualquier año, cualquier mes, cualquier día y en cualquier momento... te acuerdas. Tal vez encontrando una foto, o al escuchar una canción, o una persona que te haya resultado familiar... Y entonces es cuando vuelves a ese remolino de desesperación por volver al pasado.




Sentimientos muy odiosos, pero no quieres que paren. Todo lo contrario, amigos... sentimos la necesidad de seguir recordando, de seguir sintiéndolo, de desahogar... no queremos olvidar lo que antes fueron los mejores momentos de nuestras vidas, con personas inolvidables.
Y hablando de esas personas: no sabes qué es de ellas, si siguen ahí, si se acordarán de ti como tu de ellas... ni siquiera si siguen vivas (Esperemos que sí) o viviendo en el mismo sitio . No sabes nada.


Duele ver crecer a las personas, verlas madurar, y sobretodo, verlas irse de tu vida. "Ojalá sigan recordando todo esto", piensas. Lo sentimos, pero se olvidarán... aunque ten por seguro que algún día tendrán su respectivo "ataque de añoranza".






Sin embargo! Este maldito sentimiento mantiene recuerdos, mantiene lazos entre la gente, y sobretodo, mantiene nuestra infancia, esos recuerdos que no merecen ser olvidados nunca... recuerdos de gente que sin ellos, sabes que tu vida no sería igual ahora, no sería lo mismo, y les debes todo.
Y estos recuerdos pierden significado cuando piensas en ellos como algo nuevo...
Pero sé que nunca les perderé cariño y afecto, y que a menudo pararé y me pondré a pensar en todas esas personas y cosas...
Y a lo largo de mi vida, los amaré más que a nadie.




Manu&Cris (Na, solo yo, Manu)


PD: Prometí dedicarlo alguna vez...
Definición gráfica de mi infancia.




[A nadie le gustas cuando ya tienes cierta edad... ¿qué pasa conmigo? ¿es mi edad de nuevo? Nunca querré comportarme acorde con mi edad. No quiero ser como las Grandes Personas, me limito a disfrutar. Ya he aprendido a disfrutar haciendo el tonto, a no tener miedo de parecer imbécil, y reírme por todos los detalles que me hacen feliz. No pretendas que lo olvide por un año de más]