24 de febrero de 2014

Desaculturados

Miradas vacías,
muertas, inexpresivas,
y ya no creen en la vida.
Necesitan que sean otros
los que jueguen la partida.
No estoy enfadado;
estoy molesto...
Pero si Larra
levantase la cabeza,
se cortaría el cuello.
Os dan picos y palas,
las más absurdas ordenanzas,
os prohiben el conocimiento...

Y nosotros queremos conocer.

No lo entienden por las buenas,
¿Sin dinero, no hay saber?
¡Pues que sea por las malas!
Si la poesía ha muerto,
¡Entonces, a vengarla!
¡A ella! ¡A todos sus versos!
¡Que los muertos sean otros!
¡Vamos contra esos cerdos
Que prostituyen antologías,
que descuartizan siglos de esfuerzo,
que hablan de falsa ética y metafísica,
y humillan, deshonran filologías
por un puñado de euros!

Somos la última generación,
la que conoce a Baudelaire,
los últimos con libros de papel
que sabíamos que Orwell tenía razón,
los que aprendimos a creer,
los que sobrevivimos a la extinción.
Lee, imagina, escribe, aprende,
sal, actúa, cree y ¡defiende!
¡Que nos oigan!
¡Que nos oigan todos!
¡Y que tiemblen!
¡Que nos teman, sobre todo!
¡Vamos a por aquellos
que nos toman por inertes!
¡Y sabed, desesperad
entended:
las letras se mantienen!

Manu Riaño

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