14 de octubre de 2013

En prosa no, en verso.

A la poesía,
que anhelé
cada noche
en cada cigarro
con solo unos trastes
gastados
como yo
de no verte.

No siempre uno tiene
lo que uno querría
poder tener;
que por tenerte
mi boca teñiría
la más cálida sonrisa,
el más escaso tiempo
que durase una vida.

Que no me creerás,
que de neoclásica, pensarás;
y pensarás sin imaginar,
sin metáfora como
piensan aquellos:
los que tiñen de color inerte
la vida en los versos.
Aquellos,
los que no conocen
ni yo conocer quiero.

La poesía no ha muerto
los muertos son los otros,
aquellos. 

Manu

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