Un muy feliz domingo a todos, os deseo desde aquí, en la otra punta de España. Voy a estrenar el café de los domingos en Madrid... ¡EN UN DOMINGO! (Una costumbre que he perdido últimamente).
Aquí sobrevivo, partiendo de la base de un tarro a modo de taza y café soluble (esa abominación creada por el ser humano para casos extremos y postapocalípticos) en un pequeño piso acogedor y muy cómodo (menos mi almohada, que me ha tocado el aborto de menhir), con un cactus en forma de falo y una nevera llena de cervezas. Bueno, llena no. Llena para nada.
Pues sí, aquí empiezo mi vida como traductor e intérprete (NO voy a ser actor, por ahí no van los tiros) y como universitario en pleno inicio de una vida independiente (este paréntesis ya es por vicio, ignoradlo. Sabéis que me gustan los paréntesis).
Esta entrada no va a ser de poesía, ni literaria, ni un buen relato, ni mucho menos una interesante redacción. Por una vez, va a ser una entrada de blog corriente y moliente para dar la bienvenida a Madrid, la ciudad de los transportes imposibles y de las cervezas de precio desorbitado.
Madrid, no eres mi tipo. Lo siento, debería habértelo dicho antes, pero tenemos muchas diferencias. Eres demasiado grande, me agobias, abarcas demasiado en nuestra relación, y además me sales muy caro. Tienes un acento, cuanto menos, peculiar (¿qué te ha hecho la 's' para ignorarla tanto?) y no entiendo qué tiene que ver un mazo con nuestras conversaciones.
No tienes frixuelos, ni casadielles, y te prometo que el orujo no es de Asturias, no te confundas. De Asturias es la sidra (algo de lo que también careces). Llamas "pote" al maquillaje mientras que yo echo de menos el pote para comer. No, no tengo "las vaques de Asturias", en tal caso "les vaques d'Asturies", pero un día puedo comprar algunas y montar en ellas por el barrio de Salamanca si así lo deseas. No, las vacas no son moradas por el anuncio de Milka.
Yo me adapto a ti; a tus 100 viajes en nosecuantos transportes, a tus "ejques", a tus "ajcos", a tus "joé tronco", a tus distancias imposibles, a tus cuatro euros por una cerveza (esto te lo voy a recordar toda la vida)...
Eso sí, no voy a ser malo contigo; tienes una gente "mu maja", millones de bares y sitios maravillosos, una carrera interesante, unas oportunidades ilimitadas y una nueva vida para un servidor. Me caes bien, y estoy seguro de que acabaremos por congeniar y llevarnos adecuadamente (incluso igual me enamoras, ¡quién sabe!)
Soy un pobre e inocente asturiano perdido y asustado, y ahora vivo contigo. Sólo te pido que cuando me veas perdido por el metro, te apiades de mí y en lugar de preguntarme por "mis vaques", me guíes hasta Sol para poder tomarme una cerveza a un precio económico o "a relaxing cup of café con leche", que se ha puesto muy de moda por aquí...
Así que, tras haberme dado la bienvenida tú a mí, yo te la doy a ti.
¡Muy buenos días, Madrid! Voy a adaptarme a ti y espero que lleguemos a llevarnos maravillosamente bien.
Desde Aranjuez, un asturiano que echa de menos sus tierras y está bebiendo café soluble desde un tarro de pepinillos,
Manu.
Aquí sobrevivo, partiendo de la base de un tarro a modo de taza y café soluble (esa abominación creada por el ser humano para casos extremos y postapocalípticos) en un pequeño piso acogedor y muy cómodo (menos mi almohada, que me ha tocado el aborto de menhir), con un cactus en forma de falo y una nevera llena de cervezas. Bueno, llena no. Llena para nada.
Pues sí, aquí empiezo mi vida como traductor e intérprete (NO voy a ser actor, por ahí no van los tiros) y como universitario en pleno inicio de una vida independiente (este paréntesis ya es por vicio, ignoradlo. Sabéis que me gustan los paréntesis).
Esta entrada no va a ser de poesía, ni literaria, ni un buen relato, ni mucho menos una interesante redacción. Por una vez, va a ser una entrada de blog corriente y moliente para dar la bienvenida a Madrid, la ciudad de los transportes imposibles y de las cervezas de precio desorbitado.
Madrid, no eres mi tipo. Lo siento, debería habértelo dicho antes, pero tenemos muchas diferencias. Eres demasiado grande, me agobias, abarcas demasiado en nuestra relación, y además me sales muy caro. Tienes un acento, cuanto menos, peculiar (¿qué te ha hecho la 's' para ignorarla tanto?) y no entiendo qué tiene que ver un mazo con nuestras conversaciones.
No tienes frixuelos, ni casadielles, y te prometo que el orujo no es de Asturias, no te confundas. De Asturias es la sidra (algo de lo que también careces). Llamas "pote" al maquillaje mientras que yo echo de menos el pote para comer. No, no tengo "las vaques de Asturias", en tal caso "les vaques d'Asturies", pero un día puedo comprar algunas y montar en ellas por el barrio de Salamanca si así lo deseas. No, las vacas no son moradas por el anuncio de Milka.
Yo me adapto a ti; a tus 100 viajes en nosecuantos transportes, a tus "ejques", a tus "ajcos", a tus "joé tronco", a tus distancias imposibles, a tus cuatro euros por una cerveza (esto te lo voy a recordar toda la vida)...
Eso sí, no voy a ser malo contigo; tienes una gente "mu maja", millones de bares y sitios maravillosos, una carrera interesante, unas oportunidades ilimitadas y una nueva vida para un servidor. Me caes bien, y estoy seguro de que acabaremos por congeniar y llevarnos adecuadamente (incluso igual me enamoras, ¡quién sabe!)
Soy un pobre e inocente asturiano perdido y asustado, y ahora vivo contigo. Sólo te pido que cuando me veas perdido por el metro, te apiades de mí y en lugar de preguntarme por "mis vaques", me guíes hasta Sol para poder tomarme una cerveza a un precio económico o "a relaxing cup of café con leche", que se ha puesto muy de moda por aquí...
Así que, tras haberme dado la bienvenida tú a mí, yo te la doy a ti.
¡Muy buenos días, Madrid! Voy a adaptarme a ti y espero que lleguemos a llevarnos maravillosamente bien.
Desde Aranjuez, un asturiano que echa de menos sus tierras y está bebiendo café soluble desde un tarro de pepinillos,
Manu.
¡Muy divertida entrada, Manu!! Espero que Madrid te resulte acogedora, y si me facilitas tu dirección, prometo mandarte una taza como es debido para que puedas prescindir del monstruoso tarro...
ResponderEliminarPor lo demás, ¡buena suerte y mucho ánimo!
¿Mu maja la gente? Seguro que te vas a jartar de nojotros. !Baja al chino de la esquina a comprarte una cafetera y una taza, so perro! Y te digo yo que Aranjuez huele mejor que Asturies!
ResponderEliminarMejor sigue desayunando en jarras de cerveza del 100M que es mas pro ;)
ResponderEliminarVolvamos al laurel a por cañas de un euro. Goazen!
ResponderEliminarMe declaro enamorada de todas tus entradas.
ResponderEliminar