20 de octubre de 2013

La época entre semana

¡Un muy feliz domingo a todos! Bienvenidos a ese día de la semana que nadie aguanta, que estorba, que es como un peso inmenso que nos impide levantarnos de la cama... Porque el domingo está para quejarse, quejarse de que nos quejamos, y quejarnos una vez más, ya de paso (la graciosa ironía de tener un día de descanso para quejarnos, y quejarnos de tener un día de descanso para quejarnos).

¡Ah, pues culpa vuestra! ¡Exagerados!
No estáis tan liados como pensáis (vuestra cabeza aún funciona si podéis leer esto). Seguro que os pasáis el domingo entero envueltos en una manta, escuchando The Smiths, pensando en lo desastrosa que es vuestra trágica existencia (más drama y escribo la segunda parte de "Don Álvaro o la fuerza del sino"). 
Lo que estáis es acostumbrados a decir "no" a todo, que es lo fácil. ¡Vagos! ¡Dramáticos! 
Ni tú estás tan perdido, ni ella es tan guapa, ni él es tan listo, y yo muchas veces no sé ni lo que escribo (y hace poco he descubierto que no sé ni poner tildes).

Lo que pasa es que cada día nuestro cuerpo vive en épocas diferentes. El lunes y martes son nuestros días barrocos, tristes, inércicos... vaya, que todo es pesimismo en estado puro. Y si el miércoles es neoclásico porque ya estamos más centrados en los estudios y en el sentido común, pues el jueves es simbolista, una mezcla entre sueño y realidad (vaya, una mezcla entre "¡Ya llega el viernes!" y  "Agh, aún es jueves..."). Consecuentemente, el viernes y el sábado son renacentistas, que implosionamos de felicidad: Carpe diem y Beatus ille (o comúnmente en nuestra decadente sociedad, YOLO). Y entonces, llega el domingo, que es una mezcla de lo peor de cada época. El domingo realista-romántico-barroco-naturalista-tremendista-etcétera, en el que pensamos con sordidez la inutilidad de un pobre individuo como somos nosotros. Es, pues, cuando nos da por pensar; y es el único día en el que pensamos de una forma tan violenta (y algún día nos pasará como a Larra, que tenía el domingo romántico y al día siguiente lo llevó al extremo).

Bueno, ¡pues cambiemos el hemisferio de nuestro cerebro! ¡Aprovechadlo!
Aprovechad que el domingo es el único día en el que a nuestra cabeza le da por funcionar más, el día en el que más uso le damos a la razón, a nuestro ego, el día que más expresivos estamos, que nuestras ideas buscan una pequeña grieta en nuestra cabeza para escapar y así tomar forma, alimentemos nuestras ganas, ¡escribe un poema, un discurso, una canción, una entrada mediocre llena de sinsentidos en un blog dedicado al café!
¡Hagamos algo, narices! ¡Que domingos a la semana solo hay uno!
Y dejad de amargaros el domingo, para eso ya tenemos café.

Así que, ¡venga, arriba todos! ¡Y enhorabuena! Ya habéis sobrevivido en este mundo otro domingo más, ¡todo un mérito! 
¡Feliz fin de semana!

Manu Riaño 
         
<<Porque escribo para que me lean ellos, me sacrifico a veces
a la estupidez de los sentidos...
No estoy de acuerdo conmigo, pero me absuelvo,
porque solo soy esa cosa seria, un intérprete de la naturaleza,
porque hay hombres que no entienden su lengua,
por no ser lengua alguna.>> -Alberto Caeiro

Porque lo que tú interpretes no es lo que yo he dicho.

1 comentario:

  1. He visto por twitter una recomendación de esta entrada y tras leerla por fin he cedido (por necesidad) a hacer lo que hace un tiempo me pediste.
    Resumiré mi opinión en un:
    Brillante. Y gracias por hacerme sobrevivir a este sinsentido semanal al que llaman comúnmente domingo.

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